Playas y litoral de Mallorca Mallorca es un de los destinos turísticos más solicitados de Europa. Y no es una casualidad. El secreto, además de otros atractivos culturales, es que la isla ofrece a los visitantes algunas de las playas y las calas más bellas del Mediterráneo. El litoral mallorquín en su conjunto luce una belleza paisajística inimitable, que se basa en la variedad de su orografía, en la transparencia de su aguas y en la peculiar disposición a lo largo de toda la periferia costera de pequeñas calas, que discretas y escondidas, tienen un protagonismo alternativo a las grandes extensiones de arena de algunas de las playas más conocidas y visitadas de la isla. En la variedad reside el buen gusto. Eso dicen. Y tal vez de ahí que Mallorca recibe cada año más turistas de todos los rincones del mundo.
Las costas de la Isla combinan las zonas de espectaculares acantilados rectilíneos (costa norte, a lo largo de la Sierra de Tramuntana), con alturas próximas a los 300 metros en algunos tramos, con otras de costa baja rocosa o arenosa, más adecuadas para el tránsito o la visita turística.
En la parte norte de la Isla es donde se pueden encontrar las calas más agrestes, muchas de ellas con guijarros en lugar de arena. Es el caso representativo de Sa Calobra. Pero así como la costa deriva hacia la zona noreste del litoral mallorquín, las playas devienen más accesibles, porque se convierten en extensiones dunares de arena suave. Es el caso de Sa Canova, Cala Mesquida o Cala Agulla. Unos lugares todavía vírgenes en un alto porcentaje de su extensión, dónde se puede encontrar la característica vegetación de dunas, que conforma un paisaje muy especial y atractivo. También destacan al este los largos arenales de Pollença y d’Alcúdia, aun cuando se trata de zonas más urbanizadas. Sus enormes bahías naturales son de impresionante belleza.
Pero cuando hablamos de arenales, en Mallorca el más representativo es, sin duda, el de Es Trenc. Una de las extensiones costeras más bellas y mejor conservadas del archipiélago.
Más cerca de Palma también hay playas dignas de ser destacadas. Es el caso del Arenal. Una gran extensión arenosa que pertenece a medias a Palma y al municipio de Llucmajor. También existen otras muchas playas y multitud de calas situadas en la costa que va desde Palma hasta Andratx, muchas de ellas con extraordinario valor ecológico y paisajístico.
Playas y litoral de Menorca Menorca es la isla balear menos explotada por el turismo. Pero eso no quiere decir que lo sea por una carencia de atractivos para seducir a los visitantes. Bien al contrario, Menorca está llena de parajes encantadores y de una belleza singular que hacen de ella un paraíso natural y por descubrir.
Lógicamente, una isla tiene en la fachada marítima su mejor arma de seducción. La de Menorca es irresistible. De una parte, tanto en la costa norte como sur, podemos encontrar un litoral muy escarpado, que se enfrenta al mar de manera abrupta y sin concesiones a posibles calas. Sólo tiene cabida alguna pequeña calita en la costa sur de la isla, situada en la salida a la mar de algún torrente. Son pequeñas calas de guijarros, que tienen un encanto muy especial y genuino.
Pero la oferta de playas menorquinas es mucho más amplia y abarca todo el abanico de posibilidades. Desde extensos arenales como la playa de Son Bou a los lugares íntimos y apartados, casi miniaturas costeras, como la cala Mitjaneta.
Hace falta destacar otras zonas del litoral menorquín como es la de Es Grau. Un área declarada Parque Natural que está ubicada en la desembocadura de unos torrentes, y dónde se forman algunas albuferas de gran importancia ecológica. También son de interés las zonas húmedas de Tirant y Lluriac por la riqueza y la variedad de la fauna y la flora autóctonas.
En Ciutadella se encuentra Sa Vall, que es un conjunto paisajístico de gran diversidad dónde conviven diferentes hábitats, entre los cuales destaca la zona húmeda y las extensiones dunares. Por otra parte, en el tramo que va de los Alocs a Fornells (Mercadal) hay un área baja de gran interés paisajístico que, además, cuenta con una zona de vegetación submarina muy importante.
A la altura de Sa Nitja, esta vegetación submarina (posidonia oceánica) forma unos escollos bajos muy especiales, que son un caso único en las Baleares según los expertos.
